El primer ministro israelí logró alcanzar un acuerdo con el opositor centrista Benny Gantz. Tras meses de bloqueo en el gobierno dada la falta de votos en ambos lados para alcanzar una mayoría, la política israelí busca traer algo de estabilidad en el marco de la crisis sanitaria global.
El acuerdo logra que se evite una cuarta convocatoria a las urnas, lo cual resulta clave para la contención del coronavirus en el país. La clave del mismo establece que el líder del partido Likud, quien ocupa el cargo hace casi 11 años, mantendrá sus funciones por 18 meses más. Luego, será relevado del puesto por Gantz, actualmente presidente provisional del Parlamento israelí.
Sin embargo, el acuerdo va más allá de la pandemia, en tanto Netanyahu ha logrado incluir varias de sus promesas electorales como cláusulas del mismo a cambio de otorgar control sobre la mitad de los ministerios a la fuerza política liderada por Gantz. En particular, se destacan los artículos sobre la habilitación para que el primer ministro aplique la soberanía israelí sobre el territorio palestino -que se encuentra bajo ocupación militar desde 1967-, y la garantía extraordinaria que permite al mandatario la suspensión del nombramiento de un fiscal general y otros altos cargos de la justicia.
La cuestión vinculada a la justicia es fundamental. Netanyahu se enfrenta a tres casos por corrupción pautados para comenzar el proceso judicial el 24 de mayo próximo. El nuevo control sobre la justicia que surge de la alianza a nivel gubernamental permitiría evitar fallos en favor de su remoción del cargo. En este sentido, el pacto estipula que si el primer ministro es apartado por la justicia, se procederá a disolver el Parlamento y se convocarán nuevas elecciones legislativas.