Tras tres semanas de no hacer apariciones públicas y despertar un sinfín de rumores sobre su salud, que incluso llegaron a hablar de su muerte hace una semana, el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, participó de la inauguración de una fábrica de fertilizantes y echó por tierra con cualquier rumor.
Hace exactamente una semana, tras días de rumores sobre su salud, el medio estadounidense TMZ había confirmado su muerte luego de una operación fallida de corazón. Otros medios internacionales hablaron de un estado de salud muy delicado y hasta de que se encontraba con muerte cerebral. Las autoridades de Corea del Sur siempre fueron medidas y afirmaron que no había información para creer que Kim había muerto, y que confiaban en que su estado de salud era bueno.
Durante el evento realizado en Sunchon, a 50 kilómetros de Pyongyang, se lo vio saludable y fue aclamado por miles de norcoreanos. La difusión de imágenes estuvo a cargo de la agencia oficial norcoreana NK News.
Sin embargo, todavía hay dudas. Ex funcionarios norcoreanos, expulsados por el régimen, aseguran que el que se presentó en sociedad es un doble, y que Kim efectivamente falleció en la operación.