La muerte de un afroamericano a manos de la policía estadounidense no es un suceso inédito. Esta vez, las fuerzas de seguridad de Minneapolis retuvieron a un ciudadano y le clavaron la rodilla en el cuello durante varios minutos a pesar de que éste exclamó no poder respirar. No sólo hubo testigos, sino que la muerte de George Floyd ocurrida el lunes pasado también quedó registrada en video. A la luz de los hechos, ayer y hoy las protestas en reclamo de justicia se han extendido a varias ciudades del país. En todas ellas, la presencia policial ha aumentado y la Casa Blanca ha enviado más de 500 miembros de la Guardia Nacional a Minneapolis, donde las demostraciones son más intensas.
Ayer por la noche, la comisaría donde trabaja el oficial identificado como quien presionó su rodilla sobre el cuello del fallecido, fue prendida fuego por los manifestantes. Además, en distintos lugares las protestas devinieron en saqueos. Trump recurrió a Twitter, donde calificó a quienes salieron a la calle de “matones” y planteó que cuando haya saqueos, comenzarán los disparos. Hasta el momento, la policía de Minneapolis ha utilizado gas lacrimógeno y balas de goma ante el aumento de la violencia.
Las protestas, organizadas por movimientos defensores de los derechos de los afroamericanos, se erigieron en torno al pedido de justicia y al fin del racismo policial en todo el territorio de los Estados Unidos, con Los Ángeles, Nueva York y Memphis como focos de protesta junto a Minneapolis.
Cabe mencionar que los cuatro oficiales involucrados han sido despedidos de sus puestos luego de que se hiciese público lo sucedido. Asimismo, serán investigados por la justicia en el marco de una investigación federal de máxima prioridad. Los afroamericanos de todo el país solo pueden esperar que, a diferencia de cientos de casos anteriores, ahora se haga justicia.