El Departamento de Estado de Estados Unidos ha acusado al presidente del Tribunal Supremo de Venezuela, Maikel Moreno, de recibir sobornos a cambio de influir en el resultado de casos criminales. Es así que el Secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, ha fijado en el día de ayer una recompensa de cinco millones de dólares por información que conduzca a la detención de Moreno.
La administración Trump considera que se trata de una figura clave dentro del chavismo y busca que Moreno se presente ante un juez para responder por los cargos de corrupción de los que se le acusa. Sin embargo, no es la primera vez que el presidente del tribunal más importante de Venezuela está en la mira de Washington. En marzo, el Departamento de Justicia de Estados Unidos lo acusó de integrar una red de narcotráfico de escala internacional, ofreciendo diez millones de dólares por su arresto.
Moreno integra la lista de dirigentes chavistas más buscados en la medida en que dicha orden de captura emitida por el Departamento de Justicia también abarcaba los nombres del propio Nicolás Maduro, de Diosdado Cabello -presidente de la Asamblea Nacional Constituyente-, del ministro de Defensa Vladimir Padrino, y también del ministro de Petróleo Tareck El Aissami.
Aunque el apoyo a Juan Guaidó por parte de Donald Trump se ha visto desgastado en los últimos meses, la Casa Blanca no parece perder el impulso en su presión sobre Caracas. Por un lado, se mantienen las sanciones económicas que pesan sobre la ya arrasada Venezuela. Por otro, los miembros de la cúpula de poder que responde al presidente Maduro están sujetos a una presión tanto judicial como también económica por parte de Washington.