El líder bielorruso se ha hecho con su sexto mandato presidencial tras las elecciones celebradas en el día de ayer. No obstante, las acusaciones de fraude electoral han motivado una movilización masiva de la oposición.
Por un lado, Lukashenko ha logrado permanecer en el poder durante 26 años gracias a una política de censura a opositores y medios de comunicación. Por otro, Svetlana Tijanóvskaya, exprofesora de inglés, se vio motivada a presentar su candidatura luego de que su esposo fuera arrestado. La inesperada líder de la oposición ha conseguido un apoyo nunca antes visto en la medida en que prometió devolver al país la Constitución de 1996, la cual limita los mandatos presidenciales a dos.
Ante el informe de la comisión electoral que otor a Lukashenko el 80% de los sufragios y a Tijanóvskaya sólo un 9,9%, la oposición ha denunciado fraude y la candidata se niega a reconocer los resultados. Ante la toma de las calles, Minsk ha respondido con represión y maniobras para garantizar la efectivización de la reelección de Alexandr Lukashenko.
El sábado, la policía bielorrusa arrestó a la jefa de campaña de Tijanóvskaya, acusada de participar en protestas no autorizadas. A su vez, otros nueve miembros del equipo opositor han sido detenidos en el transcurso del domingo.
De confirmarse la victoria del presidente, éste igualmente saldrá tan debilitado como llegó a los comicios. La relación con Rusia se ha vuelto más frágil en el último tiempo y la sospecha por los resultados sin duda dificultará los vínculos con Europa occidental.
Respecto de las protestas, en Minsk se han informado al menos 120 detenidos y varios heridos luego de una jornada que terminó con las fuerzas antidisturbios dispersando a los manifestantes con gases lacrimógenos y granadas aturdidoras. Asimismo, mientras el acceso a Internet estuvo restringido durante horas en todo el país, también hubo movilizaciones en otras ciudades como Brest y Vitebsk.