La decisión de Pekín de remover a cuatro legisladores considerados “anti patrióticos”, constituye un nuevo avance del Gobierno de Xi Jinping para socavar la autonomía hongkonesa. La oposición en el Parlamento anunció la renuncia en masa horas después de que se conociera la destitución avalada por el Gobierno pro-chino de Hong Kong.
Los cuatro legisladores destituidos originalmente tenían prohibido postularse a la reelección en los comicios de septiembre. Cuando éstos fueron reprogramados a causa de la pandemia, Kenneth Leung, Alvin Yeung, Denis Kwok y Kwok Ka-ki quedaron habilitados a permanecer en sus cargos hasta las elecciones. El miércoles 11 de noviembre, Pekín aprobó una resolución según la cual todos los parlamentarios que apoyen la independencia de Hong Kong o sean considerados “anti patrióticos” por causas como solicitar la intervención de potencias extranjeras en los asuntos de la ciudad deben ser removidos de sus cargos.
Así, los legisladores pro-democracia anunciaron su renuncia en la medida en que consideran que la asamblea legislativa ya no constituye un foro político legítimo. Dado que en los últimos meses una docena de legisladores han sido arrestados por sus tendencias independentistas y el apoyo a las protestas ocurridas en 2019, la legislatura hongkonesa ha quedado virtualmente vacía de toda oposición al gobierno local.
El accionar de Pekín viola los términos acordados sobre la relación entre China y el territorio autónomo de Hong Kong. En el acuerdo de traspaso entre el Reino Unido y China se establece que Hong Kong tendrá autonomía en todos los ámbitos a excepción de la política externa y la defensa. Ya en junio del presente año el Gobierno de Xi aprobó una ley de seguridad nacional que castiga con cadena perpetua los crímenes de sedición y subversión al poder estatal. Esta ley abarca al territorio hongkonés a pesar de que no fue sometida a consideración de la legislatura local.
Por un lado, la dimisión de la oposición habilita a la asamblea legislativa a continuar su trabajo aunque sin ningún grado de legitimidad. Por otro lado, China ha enviado un claro mensaje al presidente electo de los Estados Unidos, Joe Biden, sobre la continuidad de las políticas del gigante asiático independientemente de quién gobierne desde el 1600 de Pennsylvania Avenue.