Los controles fronterizos y aduaneros acordados dentro de los términos de la salida del Reino Unido del bloque comunitario han generado tensión política y social en Irlanda del Norte. Ante el descontento irlandés, el Gobierno de Boris Johnson intenta forzar una revisión del protocolo especialmente redactado sobre el territorio. El ministro de Gabinete británico, Michael Gove, y el vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic, se reunieron ayer para dar solución a la situación.
En el comunicado publicado al final de la reunión, las partes reiteraron su compromiso con los Acuerdos de Viernes Santo y el cumplimiento del Protocolo de Irlanda anexado al Acuerdo de Retirada de la Unión Europea (UE). Asimismo, aseguraron que se intensificarán los esfuerzos para encontrar soluciones a los problemas que han surgido hasta el momento. Por otra parte, Gove y Sefcovic acordaron convocar al Comité Conjunto de supervisión del Acuerdo de Retirada dentro de las próximas semanas a fin de aprobar y dar impulso político a las decisiones conjuntas.
La Comisión Europea insiste en la necesidad de que Londres cumpla con lo estipulado en el Protocolo antes de solicitar cualquier modificación. En este sentido, los términos acordados por el Comité Conjunto hace tan solo seis semanas fueron concebidos como una solución aceptable para ambas partes. Es por ello que deben ser aplicados en su totalidad antes de poder evaluar la pertinencia de cualquier modificación.
Johnson, que buscaba asegurarse una victoria política, accedió a permitir que el territorio de Irlanda del Norte siguiera siendo parte del espacio aduanero y el mercado interior de la UE. De este modo, los norirlandeses fueron desvinculados del destino del resto del país. Ello dio lugar a la conformación de una nueva frontera comercial entre Irlanda del Norte y Gran Bretaña, motivo principal del descontento social. La ministra norirlandesa, Arlene Foster, ha cuestionado la creencia del primer ministro en la integridad del Reino Unido.
La República de Irlanda lleva las de perder si se acrecienta el clima de tensión entre Bruselas y el Gobierno de Johnson. Es así que el primer ministro, Michéal Martin, instó tanto a los países de Europa como al Reino Unido a moderar las posturas y adoptar una posición que favorezca la solución de conflictos.