Hoy, el equipo egipcio que trabajaba para destrabar el flujo de buques cargueros en el Canal de Suez finalmente tuvo éxito. El presidente de Egipto, Abdel Fatah al-Sissi, celebró el hecho como una victoria para el país y una confirmación de que El Cairo es capaz de supervisar el 13% del comercio mundial que circula diariamente por una de las principales vías fluviales del planeta.
El alza de la marea facilitó el trabajo de los barcos remolcadores para mover la embarcación que permanecía encallada entre ambas orillas del canal. Aunque aún resta movilizar la proa de la orilla oriental para que la embarcación de 220.000 toneladas sea sometida a inspecciones técnicas en el lago que se extiende entre los extremos norte y sur del canal, los equipos que trabajan en el lugar mantienen la esperanza.
Miles de millones de dólares se perdieron por cada día desde que el barco interrumpió el tráfico marítimo y alrededor de 367 embarcaciones se vieron involucradas en el embotellamiento. Durante el transcurso de la semana, la flota de remolcadores intentó mover el buque mientras otras embarcaciones dragaron el lecho del canal, pero las condiciones climáticas y otros factores técnicos impidieron que tuvieran éxito.
Ante la incertidumbre sobre la situación, las compañías de transporte marítimo redirigieron sus flotas hacia el Sur de África. Ello implicó la extensión de los viajes entre una y dos semanas además del aumento de los gastos en combustible. A su vez, se registraron demoras en puertos y viajes ya en tránsito a causa del bloqueo que repercutió en la disrupción del comercio petrolero.