Entre el sábado y el domingo, la ciudadanía chilena eligió a los miembros de la Asamblea Constituyente. A partir de junio, 155 representantes redactarán una nueva Constitución a fin de reemplazar la que fuera establecida durante el régimen de Augusto Pinochet.
La Convención Constitucional contará con 30 miembros independientes y una reducida influencia de los partidos tradicionales. El partido del presidente Sebastián Piñera participó de la elección en alianza con el Partido Republicano, de extrema derecha. Los 39 asientos obtenidos están muy por debajo del tercio necesario para poder negociar los términos de la nueva Carta Fundamental. Los partidos de centroizquierda agrupados en la lista Apruebo solamente obtuvieron 25 escaños, mientras que los comunistas en alianza con el Frente Amplio se hicieron con 28 puestos en la convención.
La Constitución redactada en 1980 ha sufrido decenas de reformas, particularmente tras la culminación de la dictadura y durante el Gobierno de Ricardo Lagos. No obstante, el estallido social de 2019 puso en jaque a la democracia chilena. Fue en ese momento que la clase política comprendió que la Asamblea Constituyente era el único camino para dar una respuesta institucionalizada a las demandas de la sociedad.
La Asamblea estará integrada en un 50% por hombres y los puestos restantes serán ocupados por mujeres. Asimismo, hay un total de 17 escaños reservados para representantes de los pueblos indígenas. Además de la elección de los delegados constituyentes, el fin de semana también se llevaron a cabo las elecciones de gobernadores regionales y las autoridades municipales. Los datos indican que sobre el total de personas habilitadas para votar -14,9 millones-, alrededor de un 40% acudió a las urnas.