Ayer, la Fuerza Aérea israelí redobló los ataques contra el enclave palestino golpeando 35 puntos asociados a la red de túneles de Hamás. Las víctimas fatales ya suman más de 200 y los intentos de mediación diplomática por parte de Egipto y Estados Unidos no han dado frutos. Del lado gazatí, los heridos producto de las 760 oleadas de ataques de Israel ascienden a 1.200. Al otro lado de la frontera, 10 israelíes han fallecido y 300 han resultado heridos a causa de los más de 3.000 misiles lanzados por Hamás.
La cúpula castrense de Israel confirmó la eliminación de 130 mandos militares de la milicia gazatí, entre ellos Husam Abu Arbid, uno de los jefes de la Yihad Islámica y comandante de la zona norte de Gaza durante 15 años. Asimismo, las residencias de Jalil Hayya, miembro de la jerarquía de Hamás, y de Yaya Sinwar, máximo responsable de la milicia en el enclave, fueron destruidas. Las casa de otros 14 dirigentes islamistas también sufrieron bombardeos.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, emitió un comunicado de prensa asegurando que la ofensiva continuará todo el tiempo que sea necesario con la misión de destruir la infraestructura y otros objetivos de los terroristas. En tanto, Hazem Qassem, quien ocupa el cargo de portavoz de Hamás, denunció que Israel en realidad está llevando adelante un ataque sistemático contra civiles.
Los intentos de mediación surgieron desde El Cairo y Washington. No obstante, ambos intermediarios han fracasado en la negociación de un alto el fuego entre las partes. El rey Abdullah II de Jordania también se ha involucrado en el esfuerzo diplomático para poner fin al combate. Dado que Estados Unidos considera a Hamás como organización terrorista, Hady Amro, mediador estadounidense para Oriente Próximo sólo puede negociar con Israel y con los líderes de la Autoridad Palestina, quienes gobiernan en Cisjordania.