El lunes, Emmanuel Macron y Angela Merkel se reunieron con Xi Jinping de manera virtual. En China, los medios reportaron que los líderes europeos expresaron su voluntad de reanudar el acuerdo de inversiones cuyas negociaciones fueron suspendidas a principios de 2021. En cambio, en Berlín y París los informes de la conferencia fueron más moderados, limitándose a la mención del intercambio sobre posturas en materia de comercio y acceso a mercados.
Las negociaciones sobre el acuerdo se iniciaron en 2014. Por un lado, Europa buscó obtener mayor acceso al fuertemente controlado mercado chino. Por otro, China pretendía fomentar la inversión de parte de los países europeos. Tras siete años, el acuerdo parecía listo para ser concluido. Sin embargo, las autoridades europeas se vieron forzadas a poner un freno al acuerdo. Las preocupaciones por el trabajo forzado y la situación de la minoría uigur en China, así como también la presión ejercida por el equipo de Joe Biden -entonces presidente electo-, motivaron la suspensión de las conversaciones.
Xi esperaba poder firmar el acuerdo antes de la asunción de Biden en Estados Unidos. Durante la campaña, el actual presidente estadounidense abogó por un nuevo acercamiento a Europa tras cuatro años de tensiones con Donald Trump. Asimismo, la estrategia estadounidense tiene por objetivo reunir a los aliados históricos de Washington ante una China crecientemente asertiva en sus ambiciones geopolíticas.
De momento, las sanciones impuestas por Beijing contra miembros del Parlamento Europeo -órgano encargado de la ratificación del eventual acuerdo- impiden cualquier avance. Dichas sanciones constituyen una represalia por las medidas punitivas aprobadas por la Unión Europea (UE) contra funcionarios chinos por las violaciones a los derechos humanos en la provincia de Xinjiang. Incluso si Merkel y Macron expresaron una voluntad más consistente con lo informado en China que con los comunicados emitidos por sus propias oficinas de prensa, las sanciones bloquean el acuerdo.