Un grupo de hombres armados asaltaron la residencia del mandatario en Puerto Príncipe, la capital del país insular, en la madrugada de hoy. El primer ministro, Claude Joseph, informó que la primera dama sufrió heridas y se encuentra hospitalizada. Sin embargo, algunos medios locales incluso hablan de que también habría fallecido. A su vez, Joseph aseguró que las fuerzas de seguridad mantendrán el orden.
Haití se encuentra sumido en una crisis política a la que se han sumado la pandemia de coronavirus y una serie de huracanes devastadores. Asimismo, la violencia civil ha alcanzado niveles sin precedentes. El origen de este contexto puede rastrearse a las elecciones presidenciales de 2015. Ese año, el presidente Michel Martelly finalizó su mandato, pero el caos suscitado en torno a los comicios obligó a las autoridades a nombrar un presidente interino. Un año más tarde, la autoridad electoral reconoció la victoria de Moïse, quien gobernaba el país desde entonces.
Las diferencias entre el presidente haitiano y la oposición respecto a las fechas de inicio y culminación del mandato condujeron a que Moïse gobernara por decreto durante el último año. Para éste, su mandato comenzó al momento de la asunción -el 7 de febrero de 2017-, por lo que debería finalizar en febrero de 2022. En cambio, la oposición asegura que su Gobierno inició el día que Martelly dejó el poder y que, por lo tanto, ya deberían haberse celebrado nuevas elecciones, por lo que consideran que estaba gobernando de facto.
Moïse había solicitado ayuda internacional para hacer frente a la escalada de la violencia civil. El país está asediado por el accionar de bandas armadas. En este sentido, sólo en junio fueron asesinadas 150 personas y otras 200 secuestradas en el área metropolitana de Puerto Príncipe. Además, entre el 1 de enero y el 21 de junio una treintena de policías fueron asesinados en todo el país.
En dicho contexto de crisis múltiple, las protestas en demanda de la dimisión del presidente se multiplicaron. Las denuncias de corrupción, la escasez de combustible, la inseguridad y el hambre motivaron a la ciudadanía haitiana a tomar las calles. Para este año están previstas elecciones legislativas y la convocatoria de elecciones presidenciales, en las que el mandatario asesinado no podía presentarse. Tras el magnicidio perpetrado esta madrugada, el escenario se vuelve aún más incierto.