El Ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, recibió a una delegación de nueve miembros de la organización talibán. Entre ellos se encontraba Mullah Abdul Ghani Baradar, jefe de las negociaciones y miembro de la cúpula política. El funcionario chino expresó el apoyo de su país a la participación del Talibán en el futuro de Afganistán.
La reunión tuvo lugar en el marco de una nueva estrategia de los talibanes. En la medida en que esperan convertirse en un actor central para el gobierno de Afganistán, éstos han buscado establecer vínculos con otros países de la región. De acuerdo con el comunicado de Pekín, Wang declaró que la retirada estadounidense constituye una clara muestra del fracaso de sus políticas en Medio Oriente. Asimismo, se estableció que China no interferirá en los asuntos internos del país en la medida en que esperan que el Talibán juegue un rol central en el proceso de pacificación, reconciliación y reconstrucción de Afganistán.
Por otro lado, Wang dejó asentados los objetivos geopolíticos de su país instando al dirigente afgano a cortar los lazos que la organización mantiene con el movimiento separatista de la región china de Xinjiang, el Movimiento Islámico de Turkestán Oriental (ETIM, por sus siglas en inglés). Para Pekín, el ETIM amenaza tanto la seguridad nacional como la integridad territorial de China. Es así que el Gobierno de Xi Jinping considera que la lucha contra este es una responsabilidad de la comunidad internacional.
Actualmente, las negociaciones de paz entre representantes del Gobierno afgano y la cúpula del Talibán se encuentran estancadas en Doha. En este sentido, no ha habido avances ni retrocesos a pesar de la ofensiva que los militantes talibanes lanzaron tras el anuncio de retirada por parte de Washington. Hasta ahora, han logrado obtener el control sobre nuevos territorios.