La coalición gobernante del país europeo, Derecha Unida, terminó de desintegrarse con la salida de un vicepresidente. El primer ministro, Mateusz Morawiecki, destituyó al vicepresidente del ejecutivo y ministro de Desarrollo, Jaroslaw Gowin, acusándolo de deslealtad. Al enterarse de la decisión oficial por medio de la prensa, Gowin anunció el fin de la alianza de gobierno entre su partido, Acuerdo, y el ultraconservador Ley y Justicia (PiS).
El vocero del gobierno, Piotr Müller, transmitió la invitación del primer ministro a los demás miembros de Acuerdo. Morawiecki está dispuesto a seguir implementando el pacto firmado por ambos partidos. El Jefe del Ejecutivo polaco espera atraer hacia sus filas a alguno de los diez diputados que integran la formación de Gowin.
Desde 2019 en adelante, Acuerdo perdió la mitad de sus escaños por sucesivos casos de transfuguismo. Una decena de sus representantes se unieron al bloque del PiS en los últimos dos años. A la luz de la salida de Gowin, el vicepresidente del partido y viceministro de Defensa, Marcin Ociepa, presentó su renuncia como gesto de solidaridad. Otros tres viceministros, Iwona Micha’ek y Andrzej Gut-Mostowy, de la cartera de Trabajo y Tecnología, y Wojciech Murdzek, del ministerio de Ciencia ya hicieron efectiva o anunciaron su dimisión.
Otros altos cargos del gobierno polaco también pusieron fin a sus responsabilidades de gobierno. El plenipotenciario para inversiones en el extranjero, Grzegorz Piechowiaky, fue otro de los que citaron lealtad al presidente de su partido. La rápida sucesión de dimisiones ha puesto de manifiesto la crisis latente entre Acuerdo y el PiS.
Ante esta situación, el gobierno de Morawiecki deberá conseguir la mayor cantidad de apoyos que pueda a fin de sortear desafíos en el Parlamento, como la aprobación de una nueva ley de medios de comunicación y el desenlace de la controversia entre Varsovia y Bruselas por la reforma del poder judicial.