El primer ministro indio, Narendra Modi, comunicó que el proceso constitucional para derogar las tres normas que concretaron la reforma agraria comenzará a fines de noviembre. El proyecto buscaba liberalizar el sector, pero las medidas fueron consideradas injustas por los trabajadores rurales. Hace casi un año que realizan manifestaciones multitudinarias exigiendo la derogación de esas leyes.
El proceso de derogación será prioridad una vez que el parlamento inicie la sesión de invierno. Desacostumbrado a tener que aceptar una derrota, Modi admitió que su gobierno fracasó en sus esfuerzos por convencer a los sectores agrarios opositores a la reforma. Los expertos señalan que el gesto del mandatario está estrechamente vinculado al calendario electoral. En los próximos meses se celebrarán elecciones regionales en algunos estados de la India, como Uttar Pradesh y Punyab, donde se evidencia una amplia oposición a las reformas.
Los trabajadores agrícolas habían planteado al Gobierno que intensificarían las protestas si las leyes no eran revocadas antes del 27 de noviembre, un día después del aniversario del comienzo de las movilizaciones. A pesar del anuncio de Modi, Rakesh Tikait, que encabeza las manifestaciones, advirtió que éstas no se suspenderán hasta tanto las leyes sean efectivamente derogadas por el Parlamento.
Los conflictos entre Nueva Delhi y los campesinos se incrementaron en las últimas semanas, particularmente desde que ocho personas fallecieron en un enfrentamiento entre militantes del partido oficialista (el BJP) y agricultores. En enero pasado, el Tribunal Supremo de la India ya había suspendido la entrada en vigor de las reformas e instó al Gobierno a crear un comité para evaluar el impacto de las medidas.