Este viernes, el Gobierno de Nicaragua restableció formalmente las relaciones diplomáticas con China. Horas antes, Managua había informado a Taipéi sobre la decisión tomada en medio del aumento de la tensión en el estrecho de Formosa que separa a la isla de la China continental. Así, Taiwán queda con tan solo catorce aliados diplomáticos en el mundo, abriendo la puerta a una presión aún mayor por parte de Pekín sobre el territorio autogobernado.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de China emitió un comunicado oficial informando sobre la formalización de las relaciones. Ésta se produjo luego de una serie de reuniones bilaterales en las que participaron el ministro de Finanzas nicaragüense y dos de los hijos de Daniel Ortega. El acuerdo fue firmado por el viceministro de Asuntos Exteriores chino, Ma Zhaoxu, y Laureano Ortega Murillo en una ceremonia celebrada en la ciudad de Tianjin.
El texto establece que Nicaragua apoya la posición de Pekín sobre la isla y declara que el Gobierno de la República Popular es el único y legítimo representante de toda China, siendo Taiwán parte inalienable de ésta. La decisión de Managua constituye un duro golpe para Taipéi, que se enfrenta a la posibilidad de perder todavía otro aliado más. La presidente electa de Honduras, Xiomara Castro, prometió romper con la isla para entablar relaciones con China si resultaba electa.
Nicaragua es el octavo país que ha abandonado a Taiwán en favor de China en los últimos cinco años. Burkina Faso, República Dominicana, Santo Tomé y Príncipe, Panamá, El Salvador, las islas Salomón y Kiribati tomaron la misma decisión el último lustro. Los catorce aliados restantes del Gobierno de Tsai Ing Wen se concentran principalmente en América Latina y el Caribe.