El mandatario ruso aseguró que Washington está poniendo en jaque la seguridad europea al involucrarse en Ucrania. Las negociaciones entre Estados Unidos y Rusia sobre la situación en la frontera rusoucraniana celebradas en Ginebra han culminado sin avances significativos. Además, Putin declaró que la intervención comandada por el Kremlin en Kazajistán es prueba de que no se aceptará ningún intento por desestabilizar la situación en su país o en la región.
En el marco del encuentro en Suiza, la delegación del Kremlin afirmó que no planean invadir Ucrania. No obstante, subrayaron que la reticencia de la ex república soviética para lograr un acercamiento a Rusia (es decir, reducir la presencia de la OTAN en Europa del Este) pone en riesgo la seguridad del continente europeo. En esta misma línea, Rusia también reclamó garantías de que la Alianza Atlántica no reforzará su presencia en las fronteras europeas de Rusia ni se extenderá a otros Estados.
Por otra parte, el equipo de la Administración Biden presentó una propuesta para abordar el despliegue de misiles y el alcance de los ejercicios militares que lidera Estados Unidos en Europa. Además, llevaron a la mesa la amenaza de nuevas sanciones económicas mucho más severas que las impuestas en respuesta a la anexión de Crimea en 2014. Sobre los reclamos rusos, las autoridades estadounidenses declararon que dichas peticiones no constituyen puntos de partida para la negociación y que Rusia deberá reevaluar su propuesta para poder avanzar en pos de un acuerdo.
Entre las medidas que Washington prevé implementar se incluyen las sanciones financieras, la imposición de controles a las exportaciones de industrias estratégicas, el refuerzo de la presencia de la OTAN en territorio aliado y un incremento significativo de la ayuda a Ucrania, especialmente en materia de seguridad. A pesar del desencuentro de posiciones, las partes sí coincidieron en su voluntad por continuar el diálogo. De este modo, las negociaciones continuarán durante esta semana aunque a nivel multilateral y con participación de los socios europeos de Washington.
En Ucrania, las autoridades ven con preocupación el desarrollo de las conversaciones. En particular, desconfían del Kremlin y denuncian que Moscú sostiene argumentos, propios de la Guerra Fría, vinculados al establecimiento de una esfera de influencia sobre los países vecinos. Además, consideran que cualquier concesión del gobierno estadounidense será interpretada como una señal de debilidad y propiciará que Rusia eleve el nivel de sus demandas. Por último, en Kiev temen que si las negociaciones fracasan, Moscú pueda desplegar rápidamente las tropas suficientes para lanzar una avanzada sobre el territorio ucraniano.