2021 fue un año de mucho crecimiento para las criptomonedas en general, con Bitcoin y Ethereum como máximos exponentes. La cripto por excelencia, alcanzó su máximo histórico en noviembre, y promedió un crecimiento anual del 57%. Ethereum, por su parte, también tuvo su mejor año, pero su aumento alcanzó el 391%. Ambas terminaron el año operando a la baja, lo cual marca un inicio de 2022 con mucha incertidumbre. Las cripto, ¿finalmente se consolidarán en 2022? ¿O confirmarán las profecías de los partidarios del mercado de valores tradicional y se esfumarán como una ilusión pasajera?
Para seguir de cerca el derrotero de las criptos en 2022, será conveniente estar atentos a tres situaciones. La primera, es cómo las criptos reaccionarán a la suba de tasas de la Reserva Federal de Estados Unidos. Como siempre sucede ante esta situación, cada suba de tasas de la Fed atrae capitales que salen de escenarios riesgosos para refugiarse en la comodidad que da la inversión más segura del mundo, los bonos del Tesoro estadounidense. Sin embargo, con una inflación rondando el 7% anual, poco es el margen de la Fed para intervenir de manera rutilante en el mercado a través del ajuste de tasa. Si la suba es poco relevante, el incentivo para quedarse en criptos será mayor y el precio, por ende, subirá.
El segundo, es cómo los estados en general, pero Estados Unidos en particular, regularán las criptos. El avance de este tipo de monedas es más que un dolor de cabeza para los gobiernos, justamente porque no pueden controlar su emisión ni su mercado de compra y venta. En este marco, todo tipo de regulación gubernamental, bajo el justificativo que sea, será un intento por tomar control de algo que, en esencia y por naturaleza, no tiene una autoridad responsable. Las criptos intentan transformarse en unidad de valor y atesoramiento, es decir, en moneda dura, y a la larga buscarán desplazar a las monedas fiduciarias (las tradicionales) de sus roles habituales. Es de esperar que los estados quieran regular las criptos, para ganar control. Pero deben tener en cuenta que todo lo que se intenta prohibir o controlar, suele encontrar su camino para subsistir (y potenciarse). El grado de regulación que se aplique sobre las criptos será un determinante importante de su precio en 2022.
El tercer aspecto relevante a tener en cuenta es la aprobación por parte de la Comisión de Valores (SEC) para poder contar en Estados Unidos con un fondo de inversión cotizado (ETF) spot de Bitcoin, lo cual serviría como puerta de entrada al mercado de las criptomonedas a sectores más tradicionales del mercado. Si bien Estados Unidos en 2021 ya ha aprobado un ETF de Bitcoin, es de futuros, que no es lo mismo que un ETF Spot (este último caso implica la adquisición del activo mientras que el ETF de futuros solo es una apuesta respecto del precio futuro del Bitcoin). Ya hay varios países que han avanzado en este sentido con un ETF spot como Canadá y Brasil, y hasta algunos que consideran que Estados Unidos está demorando su aprobación por cuestiones políticas. Pero, sin dudas, contar con el visto bueno de la SEC es un hito importante para Bitcoin, ya que sería el comienzo definitivo de su integración a la principal plaza financiera, y un paso clave para la potencial entrada de nuevos e importantes jugadores en el mercado.
En síntesis, como en todo activo de alto riesgo, el futuro de las criptos es difícil de predecir con precisión. Lo que sí está claro es que, por su naturaleza, y por el convencimiento que ha ganado en amplios sectores de la población e incluso en actores importantes del escenario económico mundial, su potencial de crecimiento está intacto. 2022 puede ser el año para que den un nuevo e irreversible paso al frente.