Este miércoles el antiguo fiscal general consiguió la victoria ante el candidato del oficialismo, el Partido Democrático. La diferencia en los votos fue de menos de un punto. El conservador se impuso con el 48,56%. Con este resultado se ha roto la tradición de alternancia cada diez años entre aquél y Partido del Poder del Pueblo.
Las elecciones en la República coreana constituyeron el fin de una campaña plagada de acusaciones de corrupción, insultos y escándalos. A pesar de la escasa popularidad de la que gozaban los candidatos, este año la participación en los comicios alcanzó un 77,1% de una población habilitada para votar de alrededor de 44 millones.
Durante la campaña, el presidente electo se comprometió a hacer frente a la corrupción e implementar políticas que promuevan la igualdad. Los sondeos realizados en las últimas semanas indicaban que los votantes estaban particularmente preocupados por las perspectivas en materia de desempleo entre los jóvenes, los altos costos de vivienda y la desigualdad que atraviesa al país.
En contrapartida, Yoon anunció que cesará las funciones del Ministerio de Igualdad -abocado a las políticas de género-. Considerando que Corea tiene la brecha salarial de género más grande entre los miembros de la OCDE, es probable que esta postura haya impactado negativamente en la opinión de la población femenina. De hecho, solamente un 30% de las mujeres de menos de 30 años se inclinaron por este candidato en las urnas.
La incógnita principal tras conocerse el resultado versa sobre los vínculos entre las dos Coreas durante el próximo lustro. Otro de los desafíos a los que deberá enfrentarse Yoon es el impacto de la pandemia. Actualmente, Corea se encuentra en medio de una ola de contagios de la variante ómicron con más de un millón de personas confinadas y más de 300.000 contagios registrados tan sólo en la jornada electoral.