En 2020, Mary Lou McDonald, líder del Sinn Féin, consiguió la mayor cantidad de votos en las elecciones generales de la República de Irlanda. Este jueves, se celebraron las elecciones autonómicas al otro lado de la frontera que divide la isla, en Irlanda del Norte. Allí, McDonald acompañó a Michelle O’Neill, la candidata de ese mismo partido para la fracción irlandesa que pertenece al Reino Unido. Durante años, el Sinn Féin fue considerado el brazo político del IRA. Los primeros resultados oficiales confirman un logro histórico: O’Neill hizo de la formación republicana el partido más votado en Irlanda del Norte.
En los últimos años, los líderes norirlandeses de Sinn Féin han intentado correr el foco de la unificación hacia otras agendas como las deficiencias del sistema de salud y la crisis habitacional, más prioritarias para la ciudadanía. Este nuevo enfoque coincidió, a su vez, con los efectos colaterales del Protocolo de Irlanda. El acuerdo firmado entre el Gobierno británico y la Unión Europa ha afectado especialmente a los unionistas irlandeses.
El escrutinio, que continuará durante la jornada del sábado, indica que Sinn Féin podría hacerse con hasta 28 bancas en la Asamblea Legislativa. Un resultado tal dejaría a su rival, el Partido Democrático Unionista, con tan sólo 23 escaños mientras que el más radical, Voz Unionista Tradicional, adquiere un nuevo nivel de popularidad. Al mismo tiempo, estas elecciones han abierto el espacio político a una nueva fuerza: Alliance. Ésta se convirtió en la tercera formación más votada al lograr traccionar el apoyo de la clase media urbana, los jóvenes y algunos votantes tradicionalmente apartidarios.
Así, se abre una oportunidad sin precedentes: un solo partido intentará gobernar una sola isla. Para ello, el actual líder unionista Jeffrey Donaldson deberá asumir la derrota y optar por no bloquear el Ejecutivo Autónomo. Aunque O’Neill acceda al cargo, sigue abierta la pregunta sobre un eventual referéndum sobre la unificación de Irlanda. Más allá de eso, Boris Johnson ahora deberá enfrentarse a una dupla de líderes mujeres que, con mayor o menor énfasis, abogan por la independencia de sus respectivas naciones. Ellas son la escocesa Nicola Sturgeon y la irlandesa Michelle O’Neill.