El presidente de Chile, Gabriel Boric, y su ministro de Hacienda, Mario Marcel, presentaron este viernes el proyecto de reforma tributaria. El proyecto busca apuntalar el financiamiento del programa de gobierno izquierdista. Se espera que este nuevo esquema permitirá recaudar alrededor de un 4% del producto bruto chileno en un plazo de cuatro años. Sin embargo, primero deberá recibir el aval del Congreso. El proceso de tramitación legislativa comenzará el próximo lunes.
Boric y su gabinete hicieron un extenso trabajo de preparación previo a la presentación del proyecto ya que requerirá el apoyo de bloques ajenos al oficialismo. Los pilares de este pacto fiscal son el desarrollo del país, la modernización del sistema tributario y la equidad. Más allá de lo anterior, el panorama económico para el año entrante no es alentador y habilitar un sistema que garantice una mayor recaudación es crucial.
La reforma implica una suba de los impuestos al 3% de la población con mayores ingresos. En paralelo se reducirán los impuestos a las empresas -pasando del 27 al 25%-. Por un lado, se aspira a generar mayor progresividad tributaria y, por otro, a ofrecer incentivos a la inversión orientada al fomento de la productividad. Además, más de 6.000 personas pasarán a ser gravadas. Por último se incluyen medidas vinculadas a la minería, particularmente en la industria del cobre.
El camino que la iniciativa aún tiene por delante no está allanado. Además del debate parlamentario de este texto, la semana entrante también la convención constituyente anunciará el contenido de la nueva Ley fundamental. En este contexto, la popularidad de Boric continúa cayendo. Puede que el referéndum de la constitución funcione como herramienta de tracción para reavivar al Gobierno o termine de socavar su credibilidad.