Beijing anunció la suspensión de las conversaciones en materia de cooperación militar y climática con Washington como respuesta al viaje de la Presidenta de la Cámara de Representantes. Las autoridades chinas catalogaron la visita de Nancy Pelosi a Taiwán como una falta sustancial a la soberanía e integridad territorial del gigante asiático. En la misma línea, responsabilizaron al gobierno estadounidense de amenazar la paz y estabilidad en la región del Asia-Pacífico.
La suspensión del diálogo en agendas clave para ambas potencias globales abarca temas tan variados como la seguridad marítima, la repatriación de inmigrantes ilegales, la asistencia judicial penal, y la lucha contra el crimen organizado transnacional y el narcotráfico. Además de estas medidas, China también anunció la imposición de sanciones contra Pelosi y su círculo más cercano. Cabe destacar que la congresista es la tercera autoridad de mayor rango en Estados Unidos y la segunda en la línea de sucesión de Joe Biden. De este modo, se convierte en la máxima autoridad contemplada en las sanciones del Gobierno de Xi Jinping -que en 2021 implementó sanciones contra el ex Secretario de Estado, Mike Pompeo-.
Incluso antes de conocerse las medidas de Beijing, la Casa Blanca ya había convocado al Embajador chino en Washington -Qin Gang- para expresar el rechazo a las maniobras militares que China lanzó en la zona circundante a Taiwán desde que Pelosi partió de la isla. John Kirby -portavoz del gobierno estadounidense sobre seguridad nacional- planteó que Estados Unidos no será disuadido de responder a la irresponsabilidad china, sea por mar o por aire, en el Pacífico. Subrayó que Estados Unidos viene protegiendo a Taiwán hace décadas y que su compromiso con la independencia de la isla continúa tan firme como siempre.
El G-7 y la Unión Europea ya expresaron su condena respecto de la respuesta -injustificada y desmedida- de China. A su vez, el actual secretario de Estado Antony Blinken participó esta semana de la cumbre de países que integran la ASEAN en Camboya. Ante este foro, el jefe de la diplomacia afirmó que la postura asumida por Beijing es sumamente provocativa. También mantuvo que el despliegue militar chino tiene por objetivo intimidar a la isla y otros países vecinos. Por último, Blinken insistió en que Estados Unidos no busca catalizar una crisis.