Hace una semana se confirmó la muerte de Mahsa Amini, de 22 años, al caer en coma luego de haber sido detenida por la policía moral de Irán. Su muerte fue la catalizadora de protestas en contra del gobierno en todo el país. A pesar de que han pasado siete días, las manifestantes continúan y se han incrementado. Las mujeres queman sus hijabs y hacen frente a la represión policial. En las últimas horas trascendieron imágenes de Teherán que confirman que la imagen más grande del Ayatolá Ali Jamenei -el líder supremo del país- ha sido incendiada.
Mahsa Amini permaneció detenida durante tres días antes de ser trasladada a un hospital. Las fuerzas de seguridad de Irán emitieron un comunicado diciendo que se había desmayado debido a un ataque al corazón en el centro de detención mientras recibía capacitación sobre las reglas del hiyab. Su familia cuestionó esta afirmación, diciendo que estaba perfectamente sana antes de su arresto.
A la par de la intensificación de las protestas ha ido aumentando el número de víctimas fatales entre los manifestantes. Se estima que al menos 30 personas han fallecido y cientos han sido heridos a causa del accionar policial. Las autoridades gubernamentales han interrumpido los servicios de telefonía celular en todo el país así como también suspensiones intermitentes de los servicios de internet. La región kurda al oeste de Irán ha sido el epicentro de las protestas y donde la represión ha sido más dura.
Las manifestaciones se han generalizado, con demandas que se amplían para reflejar el descontento de los iraníes por las condiciones de vida después de años de sanciones lideradas por Estados Unidos que han afectado la economía, así como la corrupción generalizada y la mala gestión económica por parte del gobierno. Las protestas se han convertido en uno de los desafíos más visibles para el gobierno desde la última ola de disturbios en 2019, que tuvo una respuesta brutal. El Ejército iraní ya advirtió que podría intervenir si las manifestaciones se extienden en el tiempo. De momento, las fuerzas de seguridad ya cuentan con poder de fuego y lo han utilizado contra los manifestantes.