Los presidentes de las dos potencias globales se reunieron en el marco de la Cumbre de Líderes del G20 en Bali, Indonesia. Se trata del primer encuentro entre ambos desde la llegada de Biden a la Casa Blanca. La agenda cubrió algunos desafíos comunes como el cambio climático y la seguridad alimentaria, así como también la política hacia Taiwán, la invasión rusa a Ucrania, y la situación de los derechos humanos en China.
Aunque mucho no ha trascendido de la conversación que se extendió durante tres horas, Joe Biden declaró que hay un interés mutuo en reactivar la cooperación bilateral. Asimismo, afirmó que no ve probable un ataque inminente sobre Taiwán por parte de Beijing. También subrayó que tanto China como Estados Unidos seguirán compitiendo pero absteniéndose de la espiralización de un conflicto. El Secretario de Estado, Antony Blinken, viajará a China en los próximos meses para continuar trabajando sobre lo conversado.
El testimonio de las autoridades chinas difiere de lo transmitido por Biden. De acuerdo con Beijing, Xi dejó en claro que la cuestión de Taiwán es el principal punto no-negociable de la relación bilateral. Además, el presidente chino habría denunciado la politización y militarización de los intercambios económicos, comerciales y tecnológicos entre ambos países. Xi Jinping también habría rechazado la idea de Biden sobre una competencia entre dos modelos de régimen político -democracia y autocracia-. En cambio, para el Gobierno de China cada potencia tiene su propio estilo de democracia, ambos considerados válidos.
El encuentro tuvo lugar en medio de un marcado aumento de la tensión entre Washington y Beijing. Por un lado, las restricciones estadounidenses sobre la producción de chips electrónicos ha afectado a este sector de la industria china. En tanto, los ejercicios militares del Ejército chino en las aguas circundantes y el espacio aéreo de Taiwán luego de la visita de Nancy Pelosi a la isla han exacerbado las rispideces.