Un grupo armado, presuntamente yihadista, llevó adelante un ataque contra un convoy que regresaba de un mercado semanal en el oeste de Níger. 58 personas, entre ellos media docena de niños, fueron asesinadas en la región de Las Tres Fronteras, cerca del límite con Mali. Otro ataque ocurrió del lado maliense de la frontera ese mismo día. Allí fallecieron 33 soldados locales.
En Níger, el grupo de hombres armados interceptó a cuatro vehículos que regresaban desde el mercado de Banibangou con dirección a los pueblos de Chinégodar y Darey-Daye. Tras la ejecución de todos los pasajeros, los terroristas continuaron la masacre e incendiaron graneros en la localidad de Darey-Daye. El gobierno nigerino comunicó los hechos a través de la televisión pública y decretó tres días de luto oficial.
El pasado 2 de enero, cientos de personas fueron asesinadas en los pueblos de Tchoma Bangou y Zaroumadareye, en la misma región. Ésta constituyó la peor masacre de civiles ocurrida en Níger. El ataque fue atribuido al Estado Islámico del Gran Sahara (EIGS). Dos años antes, 160 soldados nigerinos resultaron víctimas fatales de un ataque reivindicado por el EIGS, también en la región donde coinciden las fronteras de Burkina Faso, Mali y Níger.
Esta semana, también tuvo lugar un ataque en el puesto castrense de Tessit, en Mali. El Ejército maliense confirmó que una treintena de sus miembros fueron víctimas de una emboscada protagonizada por cientos de hombres armados. Siete de los atacantes también perdieron la vida en el ataque.
La zona de Las Tres Fronteras es el epicentro de la actividad terrorista en el Sahel central. Desde hace cinco años que los ataques y atentados tienen una frecuencia semanal. En consecuencia, más de dos millones de personas han sido desplazadas. Asimismo, 6.000 personas perdieron la vida sólo en 2020.
Para hacer frente al aumento de la violencia armada en la región, los Gobiernos de Mali, Níger, Burkina Faso, Chad y Mauritania conformaron el G5 del Sahel. En la cumbre de líderes más reciente, el presidente chadiano, Idriss Déby, anunció el envío de 1.200 efectivos a la región. Los países africanos también trabajan en conjunto con el Ejército francés, que ha desplegado más de 5.000 militares como parte de la Operación Barkhane.