Chile sigue sin control y los Carabineros son acusados por violaciones a los Derechos Humanos.
Mientras el caos y la violencia continúan en Chile (ayer a la noche se reportaron, según la policía, 43 saqueos, incendios, 792 detenidos y 136 heridos), un informe de la organización Human Rights Watch (HRW) señala que los Carabineros cometieron graves violaciones a los derechos humanos durante los 41 días de protestas sociales.
La HRW contaría con evidencia que confirmaría el uso excesivo de fuerza contra manifestante y personas que caminaban eventualmente por las calles. La organización concluyó que “Carabineros hirió a miles de personas, con independencia de si habían participado en hechos violentos o no”. También pueden probar que produjeron abusos durante la detención de los ciudadanos, como palizas brutales y abusos sexuales.
El Informe también habla de un uso indiscriminado e indebido de armas y escopetas antidisturbios, «golpes feroces» a los manifestantes, disparos con municiones tipo bean bag (perdigones de plomo dentro de una bolsa de tela), cartuchos de gases lacrimógenos dirigidos directamente contra los protestantes y atropellos con vehículos y motocicletas oficiales.
Una de las acusaciones que más escucharon los miembros de HRW durante su investigación fue que miembros de Carabineros «obligaron a detenidos (incluidos niños y niñas) a desvestirse y hacer sentadillas totalmente desnudos en comisarías”.
El director para las Américas de la organización, José Miguel Vivanco, le pidió “urgente” al presidente Sebastián Piñera, una reforma policial. También que las denuncias no queden impunes y que sean investigadas y sancionadas. Vivanco aclaró que no hay indicios de que haya habido una violación «sistemática» de los derechos humanos en el país, lo que hubiera implicado una orden de las autoridades políticas.
El gobierno aceptó las críticas y se comprometió a investigar estas denuncias. Hay que destacar que fue el propio gobierno chileno quien había invitado a HRW, al Alto Comisionado de Derechos Humanos de Naciones Unidas, y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para observar la situación que vive el país desde el 18 de octubre pasado.
El gobierno de Piñera está en una muy delicada situación ya que parece no tener la capacidad de frenar la violencia que empezó en las calles hace 41 días y que refleja un descontento generalizado, más que por ninguna otra cosa, por la desigualdad económica.
Este duro informe de HRW sobre el comportamiento de los Carabineros lo complica aún más a Piñera ya que golpea fuertemente el prestigio que los Carabineros tenían en una buena parte de la sociedad chilena. Seguramente con estas denuncias, esta fuerza de seguridad perderá gran parte de la credibilidad que tenía antes de intervenir en este conflicto.
Ahora, la mayoría de los chilenos los repudia y esta pérdida de legitimidad dificultará su tarea para frenar el caos cuando justamente Piñera los necesita para intentar contener a los grupos más violentos que siguen muy activos.
Por eso, y más allá de del informe de HRW, hoy Piñera, en declaraciones periodísticas, le pidió a la gente » un «total apoyo» a Policía y Carabineros. También le solicitó a los partidos políticos en el Parlamento que apuren la sanción a los proyectos de ley antisaqueo, antibarricadas y antiencapuchados, así como el de las Fuerzas Armadas, por el cual los militares podrían desplegarse sin necesidad de declarar el estado de excepción para proteger infraestructuras «clave».
Piñera debe tomar medidas urgentes porque cada vez está más acorralado entre las genuinas demandas de amplios sectores de la sociedad y la violencia de grupos que aprovechan el caos. Debe darles respuestas a los primeros y frenar a los segundos. Hasta ahora no hizo ninguna de las dos cosas.