El Departamento de Estado estadounidense denunció que el gobierno militar de Myanmar ha llevado adelante actos premeditados con el objetivo de eliminar a la minoría musulamana. Las Fuerzas Armadas del país asiático tomaron el poder por medio de un golpe de Estado en 2021. La acusación se enfoca en crímenes de lesa humanidad cometidos en 2016 y 2017. Durante esos dos años los ataques fueron sistemáticos.
El Departamento que dirige Antony Blinken condujo una investigación sobre los hechos. Por un lado, ésta se apoya en entrevistas con miembros del pueblo rohingya que huyeron hacia Bangladesh. Los entrevistados relataron casos de violación y asesinatos. Algunos incluso confirmaron haber sido testigos de matanzas con más de 100 víctimas fatales y/o heridos. También hubo testimonios de soldados que participaron de los ataques.
Luego del golpe de Estado que depuso a Aung San Suu Kyi, presidente de Myanmar, y su gabinete, los graves abusos contra los derechos humanos se han expandido hasta abarcar a otras comunidades minoritarias y grupos étnicos a lo largo y ancho del país. Blinken ofreció un discurso en el Museo del Holocausto de Washington D.C. Su alocución evidencia la voluntad de la Administración Biden para monitorear la situación en Asia, y especialmente de los sucesos que afectan a los vecinos de China.
Ya se ha presentado una denuncia contra Myanmar en la Corte Internacional de Justicia, donde el caso permanece abierto. Se trata apenas del tercer caso de genocidio que recibe el máximo tribunal internacional. De momento, los jueces deben oír los argumentos de ambas partes para luego decidir si el proceso judicial puede avanzar. Esta etapa podría llevar meses.