En la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que se extiende durante jueves y viernes de esta semana, los miembros de la Unión Europea (UE) lograron destrabar la negociación por el paquete de emergencia económica. Otorgaron mínimas concesiones a Varsovia y Budapest quienes, de este modo, retiraron el veto a los presupuestos 2021-2027 y al fondo de recuperación por la pandemia.
Los subsidios y créditos enmarcados en el fondo de recuperación contribuirán a la reconstrucción económica de todos los países de Europa y, particularmente, a aquellos más golpeados por la pandemia. Además, como parte del acuerdo por los presupuestos se incluye la aprobación de un nuevo reglamento sobre las condiciones que los países deben cumplir a fin de recibir ayudas de Bruselas. Las derivas antidemocráticas que violen el Estado de derecho permitirán la suspensión de los pagos por parte de la Unión. Ello había motivado el veto del Gobierno húngaro y el polaco.
Las negociaciones para concretar el acuerdo fueron conducidas por la presidencia alemana de la UE. Se ofrecieron mínimas pero suficientes concesiones a Budapest y Varsovia que terminaron por sumarse a la unanimidad del resto de los socios europeos. Otro factor que contribuyó a la adhesión de Hungría y Polonia consistió en la clara advertencia de Bruselas sobre las alternativas legales de las cuales disponía para aprobar el fondo de recuperación sin necesidad del aval húngaro y/o polaco.
La unanimidad lograda en materia financiera permitiría, además, consolidar el acuerdo climático de reducción de emisiones de carbono para el año 2030. Así, la UE cerraría positivamente un año por demás difícil. La presidencia alemana de la Unión, con Merkel al frente por última vez, también se lleva parte de la responsabilidad del éxito comunitario.