Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) de Argentina, el 6 de febrero se estableció un nuevo récord de temperatura en el continente antártico, al registrarse 18,3 °C en la base de investigación argentina Esperanza, situada en el extremo norte de la península antártica, y superarse así el anterior valor máximo de 17,5 °C al que se llegó el 24 de marzo de 2015.
«Parece que ese récord probablemente está asociado (a corto plazo) con lo que se denomina un episodio regional de «foehn» en la zona: un rápido calentamiento del aire que baja de una ladera o montaña”, según explica Randall Ceverny, ponente de la OMM sobre fenómenos meteorológicos y climáticos extremos.
“Es importante verificar ese récord de temperatura máxima porque ayuda a formarnos una idea del tiempo y el clima en una de las últimas fronteras de la Tierra”. La Antártida, al igual que el Ártico, es una zona para la que las observaciones y los pronósticos meteorológicos son escasos, a pesar de que ambas ejercen una influencia decisiva tanto en las características climáticas y oceánicas como en la subida del nivel del mar.
La Antártida, que abarca 14 millones de km2 (aproximadamente el doble del tamaño de Australia), es un sitio frío, ventoso y seco. La temperatura media anual oscila entre −10 °C en la costa antártica y −60 °C en las partes más altas del interior. Su inmenso manto de hielo presenta un espesor de hasta 4,8 km y contiene el 90 % del agua dulce del mundo, suficiente para aumentar el nivel del mar en unos 60 metros si se derritiera.
Fuente: SMN Argentina – OMM.