Mientras el resto del mundo redobla la apuesta y endurece medidas de aislamiento social y ayuda económica, China comienza a flexibilizar las condiciones que mantuvieron en cuarentena a millones de ciudadanos durante alrededor de dos meses. En este sentido, el bloqueo que mantiene aislada a la provincia de Hubei finalizará mañana. No obstante, la ciudad de Wuhan -donde se originó la pandemia- continuará confinada hasta el 8 de abril.
De a poco, la vida vuelve a retomar su curso normal. La llegada de la primavera propició que se permita a la población salir al jardín, a la calle, e incluso a tomar el transporte público exclusivamente en las zonas periféricas rurales.
La decisión del gobierno chino de poner fin al bloqueo es consecuencia de la baja en el número de contagios experimentado en las últimas semanas, donde casi no se reportaron casos nuevos. Sin embargo, hay quienes se mantienen escépticos respecto de las cifras publicadas por la Comisión Nacional de Salud.
En este contexto, Italia se erige como actual epicentro de la pandemia, con centenares de fallecidos por día, y la Organización Mundial de la Salud advierte que Estados Unidos podría convertirse en el próximo lugar crítico donde el sistema de salud no logre dar respuesta dado el crecimiento exponencial de los contagios.