El Gobierno estadounidense denunció que Pyongyang estaría enviando armamento a través de Medio Oriente y África hacia Rusia. La Casa Blanca no ha logrado confirmar si los cargamentos encubiertos han sido recibidos por las tropas rusas. No obstante, las autoridades estadounidenses consideran que las cantidades -aunque significativas- no son suficientes para modificar la trayectoria del conflicto.
John Kirby, Coordinador de comunicaciones estratégicas del Consejo de Seguridad Nacional, no dio detalles sobre cómo se estarían llevando a cabo los traslados de armamento ni los países de tránsito involucrados. Sí confirmó ante la prensa que Washington continuará monitoreando la situación y evaluando las opciones de política disponibles.
Las denuncias vinculadas a Corea del Norte se suman a la evidencia de que Moscú se está apoyando en Irán como proveedor clave en el marco de la invasión a Ucrania. En particular, las fuerzas rusas están utilizando drones de fabricación iraní en sus ataques contra territorio ucraniano. Este repliegue de Rusia sobre países afectados por las sanciones estadounidenses da señales sobre su escasez de recursos.
De acuerdo con Kirby, las sanciones internacionales sobre Rusia están siendo efectivas. Las afectaciones a la industria de defensa han forzado al Kremlin a recurrir a estos países “paria”. En septiembre pasado, el Gobierno estadounidense había confirmado la voluntad rusa de comprar armamento a terceros países. Hoy, cuentan con evidencia de que efectivamente ha avanzado en esa línea.
Sin embargo, las dificultades logísticas inherentes al comercio de armas podrían repercutir en la estrategia militar rusa en Ucrania. Los tiempos de entrega por vía marítima implican que Rusia podría tardar varias semanas en recibir los cargamentos norcoreanos. Por lo tanto, es posible que Putin y Kim Jong Un decidan realizar los envíos en trenes de carga a través de China e Irán. Este escenario volvería virtualmente imposible para Occidente impedir el arribo de armas a la frontera ruso-ucraniana.