Las elecciones legislativas celebradas ayer en Corea del Sur registraron la mayor tasa de participación de los últimos casi 28 años. Gracias a la eficaz gestión de la pandemia, la población surcoreana ha podido emitir su voto mientras otros países del mundo han visto sus elecciones aplazadas por los desbordes generados por la crisis sanitaria.
Un 66,2% de los electores acudió a las urnas y los resultados muestran una clara victoria del partido gobernante -el Demócrata-. Se trata, seguramente, de un reconocimiento a la gestión del gobierno de Moon Jae-In ante la crisis causada por el coronavirus. En este sentido, tras estas elecciones su partido accedería a una amplia mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, la cual cuenta con 300 escaños.
No obstante, la jornada electoral no fue ajena a la situación sanitaria. Antes de que abrieran los más de 14.000 colegios electorales, éstos fueron desinfectados. Además, los ciudadanos que se acercaran a votar debían portar mascarilla o barbijo así como también someterse a que les tomaran la temperatura. Asimismo, antes de depositar el voto en la urna era obligatorio desinfectarse las manos con alcohol en gel y utilizar guantes de plástico.
El país asiático ha logrado contener la pandemia gracias a una estrategia que incluye el testeo masivo, el uso de la tecnología para rastrear contactos y establecer cuarentenas diferenciadas, y una gran transparencia en la campaña de información y comunicación al público. Ello ha significado el repunte de la imagen positiva del gobierno del progresista Jae-In, quien había visto caer el índice de aprobación desde un 70% a un escaso 30%. De este modo, a partir de los resultados de ayer el partido Minju, junto a su aliado Partido de la Plataforma, tendría garantizados alrededor de 170 escaños dentro de la Gukhoe, la Asamblea Nacional suroreana.