El Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas alertó que millones de personas padecen por la falta de alimentos en Etiopía, Kenia y Somalía luego de tres años de sequías. Se trata de la peor escasez de lluvias en cuatro décadas. Los cultivos se han visto afectados por la falta de agua, al igual que el ganado. A los factores climáticos se agregan la inestabilidad política y los conflictos violentos que han golpeado a la región.
El organismo internacional mostró su preocupación por la creciente escasez de precipitaciones que se evidencia desde 2018. Los pronósticos indican que en los próximos meses las lluvias continuarán por debajo del promedio estacional. Asimismo, señaló que existe la posibilidad de que se repita la crisis humanitaria que atravesó Etiopía hace 11 años. En 2011, 250.000 personas perecieron a causa del hambre producto de una extensa sequía.
Michael Dunford, director del Programa en África del Este, subrayó la necesidad de una acción humanitaria inmediata. Además, detalló que las zonas más afectadas integran una franja particularmente seca que se extiende entre los tres países y que alberga a alrededor de 13 millones de personas, entre ellas 50.000 niños y niñas. Naciones Unidas estima que se requieren casi 270 millones de euros para dar respuesta a las necesidades inmediatas de la población durante el próximo semestre.
Por otra parte, la escasez de recursos acrecienta el peligro e inminencia de nuevos enfrentamientos intercomunitarios como el que se desarrolla en la región etíope de Tigray desde el año 2020. Al mismo tiempo, en Somalía aún persisten las turbulencias como consecuencia del retraso de las elecciones presidenciales y la destitución del primer ministro así como también a causa de la actividad terrorista de Al Shabab.