Las consecuencias del coronavirus son dramáticas. Con más de 285.000 infectados y casi 12.000 fallecidos, el virus presenta un avance realmente preocupante. A esto, se suma el parate de la economía mundial, con el desplome de los mercados de todo el mundo, noticias de desempleo y predicciones de incertidumbre.
Sin embargo, aunque parezca increíble, la pandemia está resultando beneficiosa para un actor: el planeta. Los expertos en medio ambiente aseguraron que el parate económico, la cuarentena obligatoria que opera en la mayoría de los países, y la consecuente menor circulación de personas (y por ende de aviones, coches, barcos), están generando niveles de contaminación muy inferiores a los habituales, beneficiando así al medio ambiente.
Muestra de esto son, por mencionar algunos ejemplos, los canales de Venecia, cuyas aguas se muestran más claras, con más peces y más aves. Asimismo, las imágenes satelitales de China muestran una reducción considerable de las emisiones de dióxido de nitrógeno. Lo mismo sucede en Madrid y Barcelona. Al respecto, Europa Presse afirma que «los valores de dióxido de nitrógeno (NO2) no llegan ni al 40 por ciento de los valores aconsejados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Unión Europea».
El coronavirus dejará muchas enseñanzas, y una de esas sin dudas será tomar conciencia acerca del efecto de la actividad del mundo sobre el medio ambiente.