Aunque había sido acordado en mayo, esta semana la Unión Europea puso en vigencia el embargo parcial del bloque al petróleo de Rusia. Concretamente, el grupo de los 27 decidió bloquear las importaciones de crudo ruso por vía marítima, lo que implica una reducción del 90% de las importaciones antes de fin de año.
Para tomar dimensión de la medida, en 2021 el bloque importó de Rusia 50.700 millones de dólares en petróleo, y otros casi 25.000 millones en productos derivados.
Asimismo, como si fuera poco, el bloque también decidió imponer un tope al precio del crudo que sí puede importarse desde Rusia. Dicho tope es de 60 dólares, por debajo de los precios de mercado de esta semana. El objetivo de la UE es lograr una constancia en la oferta global de crudo, y al tiempo evitar un alza en el precio que se replique en más inflación.
Desde Rusia, no tardaron en asegurar que habrá respuesta. El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, afirmó que «desde luego hay algo que es evidente: no vamos a reconocer ningún tope».