El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, declaró este miércoles que los obispos católicos son “inútiles” y animó a matarlos. Y agregó que “esos bastardos no sirven para nada. Lo único que hacen es criticar”. La Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas, un país en el que el 85% de la población se declara católica, no quiso entrar en polémicas y se ha negado a responderle.
Rodrigo Duterte, que dirige con mano de hierro el país asiático desde 2016, emprendió durante su mandato la Operación Tokhang, una iniciativa para reinsertar a los drogadictos del país -alrededor de 1,8 millones, sobre una población de 100 millones- que derivó en una estrategia de ejecuciones extrajudiciales de adictos y narcotraficantes.
La poderosa Iglesia católica de Filipinas se posicionó contra las medidas de Duterte en su guerra contra las drogas el año pasado, cuando la cifra de muertos de la Operación Tokhang superaba en los 9.400. La jerarquía eclesiástica llegó a calificar la situación del país como “un reino del terror”, en un contexto en que también fueron asesinados tres obispos católicos el año pasado.
Con información de: La Vanguardia / The Washington Post.