El partido nacionalista de izquierda, Sinn Féin, obtuvo un resultado histórico en las elecciones generales del sábado último. Aunque pasarán a ocupar más de treinta bancas, la victoria alcanzada frente a los históricos Fine Gael y Fianna Fáil no se traducirá por completo en el número de asientos que controlará el denominado “brazo político del IRA” en el Parlamento. Ello resulta de la combinación del sistema de recuento de votos y la cantidad reducida de candidatos presentados por el partido en cada circunscripción.
En dicho contexto, el Primer Ministro Varadkar (Fine Gael) aún conserva el mayor número de escaños en el Parlamento y deberá formar una alianza que sostenga su gobierno. Sin embargo, renovar la coalición con su adversario histórico, el Fianna Fáil, podría perjudicar a ambos partidos hacia adelante. A su vez, será difícil que alcancen la mayoría de escaños necesaria si no incluyen a un tercer partido a la alianza.
‘Ya no es un sistema bipartidista”, dijo la líder de Sinn Féin, Mary Lou McDonald. Además, aseguró que primero buscaría formar una coalición con partidos minoritarios como Los Verdes, aunque no descarta negociar con los dos partidos tradicionales.
La campaña del partido nacionalista que condujo al éxito electoral se centró en cuestiones como el rechazo al aumento de la edad de jubilación, la crisis en materia de vivienda, y la posibilidad de llevar adelante un referéndum sobre la reunificación de las dos Irlandas.
Si llegara a ser incluido en la coalición gobernante en Dublín, Sinn Féin se convertiría en el primer partido principal en ser representado en el gobierno tanto en Irlanda del Norte -donde es el segundo partido más grande- como al Sur de la frontera, en la República de Irlanda.