Estados Unidos hizo un último intento para convencer al gobierno británico de que se alineara con Huawei esta semana, ya que la nueva legislación propuesta excluye a los aliados de los acuerdos de intercambio de inteligencia.
Se esperaba que el Secretario de Estado, Mike Pompeo, presionara a su homólogo, Dominic Raab, en una reunión en Washington, esta semana, sobre la posición del Reino Unido en sus redes 5G.
Se espera que el nuevo gobierno de Boris Johnson tome una decisión final a finales de este mes, pero una filtración del gobierno en abril pasado sugirió que el Reino Unido está feliz de mantener el equipo de Huawei en las partes «no centrales» de sus redes.
Eso lo pone en desacuerdo con una administración de Trump que está tratando de presionar a sus aliados en su oposición de línea dura a la compañía con base en Shenzhen, la cual afirma que es un riesgo para la seguridad nacional debido a sus vínculos con el Partido Comunista de China.
Donald Trump declaró el año pasado una Emergencia Nacional para evitar que «adversarios extranjeros» proporcionen equipos para su crítica infraestructura de red 5G. Una lista de entidades impidió que las empresas estadounidenses vendieran componentes clave a Huawei y a decenas de otras empresas chinas.
Sin embargo, sus esfuerzos para convencer a los aliados alrededor del mundo de hacer lo mismo han tenido resultados mixtos, especialmente porque poner a Huawei en una lista negra retrasaría considerablemente su desarrollo de 5G, mientras que la retórica de Trump de «América primero» hace de los Estados Unidos un aliado menos convincente.