Pocos días antes de retirarse de la Casa Blanca, Donald Trump continuó con su estrategia de retirar las tropas estadounidenses de zonas de conflicto. Esta vez fue el turno de Somalia, donde unos 800 militares que estaban destinados a entrenar a las fuerzas de elite locales cesaron en sus funciones.
Trump promocionó durante su campaña 2016 que Estados Unidos debía salirse de los conflictos internacionales y prometió que las tropas volverían a casa. Fue así como desactivó, al menos de manera presencial, el rol de Estados Unidos en muchos conflictos internacionales en los que el país mantenía presencia. En el caso de Somalía, las tropas estadounidenses eran parte de los esfuerzos para luchar contra el grupo yihadista Al Shabaab, que tiene en jaque al gobierno local y al que fuentes internas describieron como la amenaza más fuerte a los intereses de Estados Unidos en la región.
Sin embargo, una guardia mínima seguirá en terreno y no se descarta que los 800 militares sean reasignados a distintas posiciones en la zona. Al Shabaab, fuerza satélite de Al Qaeda, continúa perpetrando atentados en la capital, Mogadiscio, y en sus inmediaciones.