El Ejército etíope dio inicio a una ofensiva contra el Frente de Liberación del Pueblo Tigray. Hace meses que el grupo disidente declaró a la región en rebeldía. Addis Abeba los acusa, también, de perpetrar un ataque contra una base militar. El primer ministro -y Premio Nobel de la Paz- Abiy Ahmed, aseguró que las operaciones de las Fuerzas Armadas son limitadas en tanto sólo buscan restablecer el orden constitucional y el Estado de derecho en el norte del país.
A la vez que se han movilizado tropas y han comenzado los bombardeos, el Gobierno de Ahmed ha interrumpido el acceso a Internet y cerrado el espacio aéreo en territorio tigray. Desde los altos mandos del Ejército se espera poder contener el conflicto en el oeste de la región y en Mekele, la capital tigray. En este sentido, buscan evitar la expansión de los enfrentamientos hacia el centro del país.
El Frente de Liberación tigray asegura que la acusación de ataque a una base militar es infundada. Así, para el grupo armado liderado por Debretsion Gebremichael, Addis Abeba está llevando adelante una invasión en Tigray. Tras la escalada de la violencia, tanto Gebremichael como el Gobierno en Addis Abeba consideran que el conflicto ha alcanzado el estatus de guerra civil.
Antonio Guterres, Secretario General de Naciones Unidas, hizo clara su preocupación respecto de la situación en el país africano dado que la estabilidad de Etiopía es fundamental para la estabilidad del Cuerno de África en su conjunto. A su vez, Guterres instó a la partes a detener el enfrentamiento armado y optar por la vía del diálogo.
Por su parte, la organización Human Rights Watch urgió al Gobierno etíope a restablecer las comunicaciones en la región dado que es la única vía para dar cuenta de la realidad de la situación que se está desarrollando en Tigray.