El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ordenó a las fuerzas de seguridad que disparen a matar a todo aquel que viole la estricta cuarentena impuesta por la pandemia del coronavirus. «No dudo. Mis órdenes son para la policía y el ejército, si hay problemas o surge una situación en que la gente pelea y sus vidas están en peligro, disparen a matar”, instruyó.
La situación en Filipinas es muy delicada, especialmente para los sectores más postergados de la sociedad, que viven en la informalidad y que necesitan salir de sus hogares para subsistir. Las expresiones del presidente se dieron luego de una protesta en un barrio de Manila, en la que reclamaron ayuda del gobierno para mitigar las consecuencias del aislamiento forzado. “Muerto. A cambio de causar problemas, te enviaré a la tumba”, amenazó Duterte a la población.
El Congreso aprobó en los últimos días el otorgamiento de poderes especiales al presidente, incluyendo 4.000 millones de dólares para entregar alimentos a los casi 20 millones de hogares más postergados del país. Sin embargo, la situación en el país lejos parece de estar controlada.