En el estado indio nororiental de Manipur, en la frontera con Myanmar, la violencia entre grupos tribales y no tribales forzaron a que unas 9.000 personas abandonen sus hogares. Temen ser asesinadas. El gobierno indio desplegó tropas del ejército con órdenes de disparar “a la vista” para controlar los enfrentamientos interétnicos y aplicar un toque de queda.
El gobierno local admitió que ya se han registrado varias muertes y al menos 20 personas resultaron heridas, incluidos dos políticos. Las turbas quemaron autos y edificios, vandalizado tiendas y hoteles y destruyendo al menos 27 iglesias. Las escuelas, colegios, oficinas y comercios permanecen cerrados y el acceso a Internet ha sido prohibido.
La violencia surge de antiguos enfrentamientos étnicos entre la mayoritaria comunidad hindú Meitei y las tribus predominantemente cristianas, que forman aproximadamente el 40% de los 3,5 millones de habitantes del estado. La crisis, que estalló el miércoles, no pudo ser contenida por la policía y el personal paramilitar, y generó el despliegue de más tropas.
Desde hace dos décadas, los Meitei demandan el estatus de “tribu programada”, lo que los haría elegibles para cuotas reservadas en trabajos gubernamentales y universidades. Las tribus, en contrario, argumentan que la comunidad Meitei ya es mayoría, más afluente y educada, y más poderosa políticamente, con una mayor representación en la asamblea estatal.
La crisis comenzó tras una orden judicial instando al gobierno estatal a avanzar en la aprobación de la demanda de estatus de tribu programada. Ante esto, la Unión de Estudiantes Tribales de Manipur reaccionó con una protesta. Hasta el momento, la evacuación se centró en trasladar a los Meitei fuera de las áreas tribales y viceversa, para evitar más violencia.