El presidente iraní Hasan Rohani anunció que su país suspende algunas de sus obligaciones con el acuerdo nuclear firmado en 2015 con EE UU (Barack Obama), Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia y China. Según Rohani, esta medida es una respuesta al abandono del pacto por parte de Estados Unidos hace justo un año.
Con esta decisión, Irán dejará de exportar el uranio que enriquece (y del que sólo puede almacenar 300 kilos a un máximo de 3,67% de pureza, según el Acuerdo) y volverá a poner en marcha el reactor nuclear de Arak, el único de agua pesada que se desmanteló tras el pacto por el riesgo de que sus residuos pudieran utilizarse para obtener plutonio.
Rohani le envió cartas a los líderes de los otros cinco países firmantes. “Ya no estamos comprometidos con las limitaciones a la cantidad de uranio enriquecido o agua pesada que podemos mantener”. Recordemos que a suficiente grado de pureza, tanto el uranio enriquecido como el plutonio sirven para fabricar bombas atómicas.
Desde la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos, la relación de esa potencia con Irán es cada vez peor y marca un claro contraste con la que fue la política exterior de Obama, quien se había acercado mucho a Teherán. Un repaso de las medidas tomadas por Trump son reveladoras en ese sentido: al abandonar el pacto nuclear, Trump reimplantó las sanciones a Irán (en especial, sobre las exportaciones de petróleo) y extendió su alcance a terceros países. Además, acaba de cancelar las excepciones que permitían la compra de crudo iraní, incluyó a la Guardia Revolucionaria en su lista de organizaciones terroristas y hace pocos días envió un portaviones al golfo Pérsico para intentar disuadir cualquier amenaza de Teherán.
No obstante, antes de ejecutar su decisión, Irán dará un plazo de 60 días al resto de los firmantes del acuerdo para que cumplan sus compromisos, sobre todo en el sector petrolero. Este mensaje es para los países de la Unión Europea para que se despeguen de Estados Unidos y tomen medidas para evitar las sanciones con las que Trump amenaza a las empresas de terceros países que negocien con Irán. “La UE no ha logrado cumplir sus promesas económicas a Irán. La postura europea es buena en palabras, pero no en hechos”, dijo Rohani.
El levantamiento de las sanciones en el sector petrolero y en el sistema bancario eran los principales beneficios que Irán iba a obtener por la limitación de su programa atómico. Todo eso quedó en la nada cuando Trump decidió sacar a su país del acuerdo alegando que Irán estaba usando los beneficios económicos del pacto para financiar su programa de misiles y a grupos regionales contrarios a sus intereses o los de sus aliados (Sobre todo Israel y Arabia Saudita).
Las reacciones no se hicieron esperar. Israel fue uno de los primeros en marcar su posición. Se entiende: desde que asumió, en 2009, la amenaza iraní es la preocupación principal de Bibi Netanyahu, quien nunca estuvo de acuerdo con el Acuerdo firmado en 2015. Bibi dijo ayer que Israel no dejará que Teherán se haga con armas nucleares. «No permitiremos que Irán logre hacerse con armamento nuclear. Continuaremos luchando contra quienes nos matarían».
Los otros países que firmaron el acuerdo están muy preocupados con esta decisión iraní. La ministra de Defensa francesa, Florence Parly, advirtió al régimen de los ayatolás que tendrá que hacer frente a más sanciones si no cumple con su compromiso y finalmente reactiva su programa nuclear. China, apeló a la necesidad de garantizar el pacto. «Mantener y aplicar el acuerdo es la responsabilidad de todas las partes». Alemania lamentó las declaraciones del Gobierno iraní e insta a Teherán a no dar un paso agresivo.
Por su parte, el presidente ruso, Vladímir Putin, un actor clave en el Medio Oriente salió a defender a su socio en la guerra en Siria. Denunció la «presión irracional» que sufre Irán y el ministro de exteriores ruso expresó la voluntad de su país de mantener el acuerdo. Tampoco perdió la oportunidad de responsabilizar a la administración estadounidense de crear una «situación inaceptable».
Está decisión de Irán revela los problemas internos que sufre su gobierno. El efecto de las sanciones fue ruinoso para su economía que no para de contraerse. Pero lo mas preocupante de todo es que incumplir el Acuerdo nuclear convertirá a Medio Oriente en una región aun más insegura y peligrosa de lo que ya es.