El atentado del último sábado en Londres, el segundo en Reino Unido en menos de dos semanas, llevó a la premier Theresa May a endurecer su discurso frente al terrorismo días antes de las elecciones parlamentarias. Los siete muertos de la noche del sábado inevitablemente impactarán en los resultados de la elección del próximo jueves. El terrorismo islámico es la mayor inquietud del pueblo británico de cada a los comicios.
La premier Theresa May, quien pone en juego su liderazgo el próximo 8 de junio, salió a redoblar la apuesta frente al terrorismo, en un intento por ofrecer seguridad a la población. Así, anunció un plan de cuatro puntos para acabar con este fenómeno que tiene en el Reino Unido a una de sus principales víctimas. May habló de derrotar a la ideología islamista radical (a la que diferenció del islam), no solo mediante la intervención militar; propuso imponer nuevas regulaciones en internet para frenar la propagación del islamismo; señaló que es necesario expulsar a los radicales de sus zonas de confort, como Siria e Irak; y pidió más poderes para la policía local, para que pueda enfrentar al terrorismo de manera más contundente.
La elección del jueves, convocada por May para fortalecer su poder, llega en un momento muy delicado del Reino Unido. La ola de atentados, sumados a la incertidumbre que genera la implementación del Brexit, hacen de esta elección uno de los momentos políticos más relevantes de la historia reciente de Gran Bretaña.