Israel volvió a ser noticia luego de que su el Ejército eliminara ayer al comandante de la Yihad Islámica palestina Baha Abu al Ata, a quien consideraba el principal responsable de los últimos y masivos ataques con misiles disparados desde Gaza.
El ataque contra este líder del grupo terrorista, quien había sido señalado en las últimas semanas como enemigo número uno de Israel y al que hace mucho tiempo las fuerzas de seguridad de Israel tenían en la mira, sorprendió por el momento en que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, lo autorizó.
Recordemos que la política israelí está intentando formar gobierno luego que en las dos elecciones que se realizaron este año, algo inédito, no se ha podido romper el empate entre los dos grandes bloques: el que va de la derecha a la extrema derecha y el que va del centro a la izquierda.
Teniendo en cuenta que luego de una operación de semejante envergadura lo más probable es que se desate una feroz lluvia de misiles desde Gaza hacia Israel, algunos analistas especularon que eso podría transformarse en una situación propicia para que Gantz, líder del partido azul y Blanco que está con la potestad de formar gobierno, termine llamando a Bibí para armar el esperado gobierno de coalición nacional que incluya a los dos grandes bloques.
Sin embargo, los acontecimientos que se dieron inmediatamente luego de esta operación israelí corren el foco del análisis hacia el lado palestino. Como era de esperar, la reacción de la Yihad Islámica fue contundente y lanzó en dos días más de 400 misiles contra territorio israelí que en su gran mayoría no llegaron a destino gracias a los sistemas de defensa. Eso parece ser todo: menos de 48 después la Yihad aceptó una tregua luego de que la aviación israelí bombardeara durante 50 horas sus posiciones en la Franja y matara alrededor de 20 comandos terroristas.También habrían muerto una decena de civiles.
Lo que ha revelado este episodio es el quiebre profundo que parece haber entre el gobernante Hamas y la Yihad Islámica dentro de Gaza. Por su reacción ante este hecho, Hamas parece estar contento con la decisión israelí de asesinar Abu al-Ata. Es que se trata de un dirigente que Hamas nunca pudo controlar y que con sus acciones inconsultas contra Israel, más de una vez complicó la estrategia política y militar del gobierno de Gaza.
Esto explica porque Hamas se abstuvo de sumarse a cualquier respuesta armada luego del ataque contra al al-Ata. También fueron inusuales las declaraciones anti-Israel que sonaron muy suaves teniendo en cuenta de quienes vienen.
Al no intervenir Hamas, el conflicto se limitó a un enfrentamiento entre la Yihad Islámica e Israel y en ese escenario este grupo no puede aguantar mucho ya que tiene mucha menos capacidad para hacer daño que Hamas.
Hay otros elementos para entender este comportamiento de Hamas. En las últimas semanas este grupo había conseguido cierta estabilidad en la Franja que ahora, sin Abu al-Ata, se puede consolidar. Hamas necesita sumar más apoyo popular porque quiere ganarle las elecciones generales palestinas a la Autoridad Palestina, su enemigo principal. En ese sentido, aliviar las trabas en los pasos fronterizos, mejorar el suministro de energía y ampliar la ayuda social son sus prioridades.
Y Bibi también hizo su aporte para que la situación no se desbordara y no se repita otro de los conocidos y extensos enfrentamiento con Hamas donde la mitad de Israel se paraliza durante semanas por la lluvia de misiles. Por primera vez Israel y sus fuerzas de seguridad distinguieron claramente entre Hamas y la Jihad Islámica.
En otras oportunidades, cuando la Jihad Islámica disparó contra Israel, en ataques dirigidos por Abu al-Ata u otros, Israel respondió atacando objetivos de Hamas. El gobierno de Netanyahu consideraba a sus líderes, Ismail Haniyeh y Yahya Sinwar, como responsables de cada escalada porque son ellos quienes controlan la Franja de Gaza. Pero esta vez, las Fuerzas armadas de Israel atacaron solo objetivos de la Jihad Islámica.
Parece que Tanto Bibi como su nuevo ministro de defensa, Naftali Bennett esta vez evaluaron que es Hamas quien puede garantizar la calma y la estabilidad de Gaza. Esto demuestra que Bibi no quiere saber nada con una escalada de violencia, al menos en este momento.
Si esta situación se mantiene, los costos que ha pagado Israel por eliminar a su enemigo principal y haberle destruido a la Yihad Islámica arsenales, fábricas y rampas de lanzamiento de misiles y centros de mando militares, serían muy bajos. Se trataría, sin dudas, de un éxito de un Bibi Netanyahu que todavía sueña con permanecer en el poder.