La llegada de Donald Trump al poder dio nuevos aires al premier israelí, Benjamin Netanyahu, quien se siente fortalecido ante Palestina y la comunidad internacional. En las últimas horas, el Parlamento aprobó por 65 votos contra 52 la regularización de 53 asentamientos judíos considerados ilegales en Cisjordania. Estas edificaciones fueron hechas en origen sin autorización oficial de Israel, pero nunca recibieron la condena oficial y con esta legalización reciben el reconocimiento formal del gobierno de Netanyahu.
Esta polémica medida despertará nuevamente el rechazo de la comunidad internacional y de los palestinos, ya que ambos consideran ilegales todos los asentamientos israelíes en Cisjordania y Jerusalén este.
La oposición israelí ya anunció que denunciará esta nueva ley ante el Tribunal Supremo, institución que muy probablemente declare inconstitucional la nueva legislación. Será atractivo ver la reacción de Trump, que deberá manejar sus manifestaciones de apoyo a Israel para evitar la condena de la comunidad internacional por tal actitud.