En los últimos días, decenas de imágenes sobre la matanza de civiles en la ciudad ucraniana de Bucha han salido a la luz. A raíz de ello, Europa ya ha impuesto nuevas sanciones contra Rusia. Por un lado, más de 200 diplomáticos del Kremlin han sido expulsados de distintos países europeos. Por otro lado, la Comisión Europea propuso prohibir la importación de carbón ruso. Este podría ser el primer paso contra la industria energética rusa, cuyos pilares son las exportaciones de petróleo y gas.
Alemania, Dinamarca, Eslovenia, España, Estonia, Francia, Italia, Letonia, Portugal, Rumania y Suecia decidieron expulsar a miembros del cuerpo diplomático ruso, a quienes acusaron de espionaje y de trabajar para socavar los intereses de esos países. Las autoridades de la Unión Europea también implementaron medidas similares, declarando persona non grata a casi una veintena de funcionarios de la misión permanente de Rusia ante el bloque comunitario.
En las últimas semanas, Polonia, Bélgica, Irlanda, la República Checa y los Países Bajos ya habían tomado la misma decisión invocando amenazas contra la seguridad nacional. Por su parte, el Kremlin anunció que responderá a la ola de expulsiones cuándo y cómo considere apropiado.
Respecto de las sanciones económicas, la propuesta de la Comisión que lidera Ursula von der Leyen aún debe ser aprobada por los Veintisiete. Previamente, Alemania y Austria -al igual que Hungría- se habían mostrado reticentes a implementar una restricción semejante. No obstante, parece que Bruselas ha encontrado un margen ideal para sortear la posibilidad de veto de cualquiera de los miembros de la Unión. Las imágenes provenientes de Bucha posiblemente hayan zanjado el debate, empujando a los dubitativos a aceptar un nuevo paquete de sanciones.
Este paquete incluye, entre otras sanciones, la prohibición de las operaciones de cuatro bancos rusos y el cierre del acceso a todos los puertos de la Unión Europea para los barcos de bandera rusa. Sobre está última se contempla una excepción para aquéllos cuya carga contenga alimentos, ayuda humanitaria o fuentes de energía.