Con 543 votos a favor, uno en contra y 43 abstenciones, el parlamento ruso aprobó la reforma constitucional que permitiría a Putin permanecer en la presidencia por dieciséis años más.
Con el aval de la Duma, la reforma de la constitución ahora debe ser aprobada por dos tercios de las regiones y del Tribunal Constitucional; un paso que se prevé como un mero trámite. Además, será sujeta a consulta popular el próximo 22 de abril.
La oposición al presidente Vladimir Putin, un conjunto debilitado y fragmentado de partidos sin representación política, ha llamado a movilizarse contra lo que considera la usurpación ilegítima del poder.
La marcha en homenaje al político opositor Boris Nemtsov, asesinado hace cinco años, reunió el mes pasado a todos los contrarios a Putin y fue también una manifestación contra los planes de reescribir la ley fundamental. Esa unión opositora, que recuerda a la oleada de protestas masivas entre 2011 y 2013, es lo que la oposición busca replicar ahora.
La popularidad de Putin ha caído en los últimos tiempos casi al mismo ritmo que el nivel de vida de los rusos, y después de la anexión de la península ucraniana de Crimea. No obstante, resulta difícil creer que el presidente ruso no vaya a lograr aprobar la reforma y así asegurarse su permanencia en el Kremlin.