Se ha instalado en la opinión pública, casi como una sentencia definitiva, que lo que viene en los próximos meses en materia económica en Argentina será muy difícil. Pero no solo se toman en cuentan los crónicos problemas que nuestro país tiene. Lo que también preocupa, y mucho, es el contexto internacional: la mayoría de los analistas y periodistas locales creen que el mundo, en materia económica, no traerá para nuestro país buenas noticias por un buen tiempo. Y parece que no se equivocan.
Todos estos pronósticos se acaban de confirmar. Según el último cálculo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la economía global se ralentizará hasta crecer solo un 2,9% este año y 3% en 2020. En mayo, todavía se esperaba un crecimiento de 3,2% para este año y de 3,4% el que viene.
En un informe publicado hace horas, la OCDE volvió a revisar a la baja sus perspectivas de crecimiento de la economía mundial y lanzó una advertencia que no debería dejar indiferente a nadie: de confirmarse sus proyecciones, se trataría de “las tasas de crecimiento anual más débiles desde la crisis financiera” (2008/2009).
“La economía global afronta serios vientos en contra y el lento crecimiento se está consolidando de una forma preocupante”, advirtió la economista jefe de la (OCDE), Laurence Boone. “Nuestro miedo es que estemos entrando en una era en la que el crecimiento se queda atrapado en un nivel muy bajo”. Y ese es un territorio “peligroso para el crecimiento y, obviamente, para el empleo”, aseguró.
Para la OCDE, las perspectivas globales son “cada vez más frágiles e inciertas”. El crecimiento se muestra “apagado” y el comercio global se está “contrayendo”. Cuando se refiere a los motivos, el Informe centra su análisis en las “tensiones” comerciales entre las grandes potencias (EEUU-China), la incertidumbre política como el Brexit o los problemas de varios países importantes para conformar gobiernos estables. A esto le agrega lo que paso el fin de semana: el “fuerte repunte” de los precios del petróleo debido a las “crecientes tensiones geopolíticas y las disrupciones al suministro de crudo en Arabia Saudíta”.
Un Brexit duro (sin acuerdo) provocaría un mayor debilitamiento de la economía mundial, advierte el organismo, que también señala como riesgos una “persistente incertidumbre en Europa”, así como si se produce un “fracaso en la política de estímulos para evitar una ralentización más fuerte en China”, entre otros.
Las recetas que proponen para revertir esta situación son conocidas. La OCDE pide poner fin a las tensiones comerciales y guerras arancelarias, más inversión pública y apostar más por políticas fiscales y estructurales en vez de solo monetarias, entre otros.
La particular situación de incertidumbre política que atraviesa Argentina no parece ser un escenario propicio para atravesar esta turbulencia de la economía mundial. Si bien el informe no habla particularmente de nuestro país, se desprende que cualquier cosa que eleve la incertidumbre no es una buena noticia.
-Por eso, los impactos de la crisis mundial que indefectiblemente llegarán más temprano que tarde a nuestro país se sentirán mucho más en esta frágil situación política y económica. Esto hace imprescindible que la política y el “círculo rojo” tomen rápida nota de esta situación para intentar disminuir la incertidumbre que hace a la Argentina cada día más vulnerable a los problemas que vienen de afuera y que no harán otra cosa que profundizar los ya graves problemas estructurales que nuestro país sufre desde hace muchos años.