Los países que integran el bloque comunitario buscan reforzar sus capacidades industriales de defensa en el corto plazo. Para ello llevarán adelante compras compartidas y voluntarias. Los líderes europeos se reunieron en una cumbre extraordinaria esta semana. Allí consiguieron un acuerdo parcial sobre el petróleo ruso y otro sobre la coordinación en materia de armamento y defensa.
El principal objetivo de los Veintisiete es recuperar las pérdidas resultantes del apoyo brindado a Ucrania desde febrero. Las adquisiciones comunitarias serán de carácter voluntario, siguiendo el modelo de los acuerdos logrados sobre compra de gas y vacunas para el Covid-19. En principio, el Programa Europeo de Inversiones Conjuntas en Defensa podría ser el mecanismo que cristalice lo acordado en Bruselas.
La crisis ucraniana ha forzado a la Unión Europea a poner sobre la mesa un tema particularmente sensible: la defensa común. Además, los líderes europeos han discutido otros temas asociados a la guerra como la seguridad alimentaria, el financiamiento de las necesidades de Ucrania y la reconstrucción del país una vez que se termine el conflicto bélico. A estos temas se agrega el debate sobre la desvinculación de los combustibles de origen ruso y, en la misma línea, la transición energética.
Las conversaciones sobre defensa en la UE son parte de un proceso más amplio catalizado por el estallido de la guerra a las puertas del bloque europeo. Finlandia y Suecia solicitaron su adhesión a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Paralelamente, Berlín anunció que incrementará el gasto militar para destinar el 2% del PBI al presupuesto de defensa. Los demás Estados han realizado anuncios similares y en su conjunto los fondos del sector militar aumentaron hasta 200.000 millones de euros.